Su característica siempre ha sido la de tener un perfil bajo, un piloto callado, serio, nervioso y hosco a menudo, que difícilmente sobresalga por sus declaraciones o sus gestos, no le interesa. Se incomoda cuando lo atosigan los periodistas, parpadea ligerito, responde cortito y sonríe tímidamente. El tandilense es uno de los que distiende cuando anda rápido y se agranda sobre el auto. Al fin y al cabo es donde forjó su fama, aunque parezca que le pese más de lo que la disfrute; todo por su perfil de chico de barrio, de caballero humilde, sincero y además por su ubicación en todas sus manifestaciones. Hoy en día Fabián Acuña es, sin lugar a dudas unos de los mejores deportistas de la ciudad y el que más adeptos posee, ya que la gente lo conoce y lo quiere porque lo ve como el muchacho de acá a la vuelta, el que vino de abajo y sigue siendo de abajo. Se metió en el corazón del pueblo de Tandil como hacía mucho que un deportista no lo hacía. Lo que pasó en la mayoría de sus victorias es un ejemplo, nunca hubo nada igual. Largas caravanas de autos y aficionados incluso gente que ni idea de automovilismo, lo esperaban en la ruta para recibirlo. Esto lo logró Fabián el zorrito hijo de nuestro querido zorro.
La gran virtud de este hijo de Tandil es la de dedicar muchísimas horas de trabajo en su reducto de calle Garibaldi para así poder lograr sus resultados. Como el mismo diría: "No se puede dar ventaja, con trabajo y más trabajo, es la única forma de conseguir resultados", frase fiel al estilo de un piloto que jamás deja de ponerla en práctica. Lo hicieron con su equipo en los comienzos con los Dodge de Sirotti y de Miguel Atauri, también cuando trajeron el Ford de Castellano y con el Chevrolet de Juan María Traverso, como recientemente con el Falcon de Diego Aventín. Tampoco nos olvidemos de los frenéticos trabajos que realizaron para recomponer en días, los autos que destruyó Fabián después de las dos grandes piñas que sufrió en automovilismo, en Balcarce con el Ford naranja nº 3 y en Olavarría con el chivo nº 5 multicolor, que a la carrera lo tenía luchando por la punta (carrera que podría haber ganado a no ser de una inoportuna falla en el encendido).
Fabián Andrés Acuña, a menudo acusado de frío. Es uno de los más grandes pilotos del T.C., es uno de los 16 pilotos más ganadores del historial de la categoría, estando por sobre pilotos de la talla de Nasif Estéfano, Jorge Cupeiro, Juan Manuel Fangio y Eduardo Casá ó más acá en el tiempo, por quienes eran sus rivales de cada fin de semana, Silva, Ramos,Urreta, Bessone ó Marcos Di Palma; en lo que se refiere a victorias. Es por eso que Tandil puede estar agradecida de este hombre que carrera tras carrera, representó a la ciudad, y es, hoy en día, uno de los mayores ganadores de la historia teceística de los pilotos en actividad. El abanderado del perfil bajo, el que casi nunca hablo de más, ni de bebé, diría mamá Acuña, el "zorrito" lloraba.
Esta forma de ser casi siempre le ha dado buenos resultados en lo que a sponsorización se refiere. Su relación con la petrolera Eg3 duró nueve años, gracias a su contacto de "Pincho" Castellano y que la empresa sólo le pidió un favor: "Queremos a la persona tal cual como sos, no importan los resultados". Esta unión hubiera durado mucho más a no ser por la crisis económica de la Argentina, y es por eso que ahora la ciudad debe tomar conciencia, y toda la gente, en especial las empresas; de ayudar publicitariamente a un piloto que más de 215 veces recorrió el país representándonos y demostrando ser uno de los pilares del TC actual.
El "Pibe de oro", como lo solían llamar los medios capitalinos, ya no es el piloto excesivamente arriesgado que apareció a fines de los 80 como promesa, hoy es un volante aguerrido y de buena técnica, uno de los preferentes más respetados del mundo tuerca y con una vasta trayectoria a nivel nacional, además de la experiencia en el exterior allá por 1993, en los Estados Unidos.
Debuta en el automovilismo el 5 de Mayo de 1985, en la categoría zonal TC del 40, con un Ford, en San Cayetano, abandonando, pero a las tres carreras ya pelea la punta y termina 18vo. en el campeonato.
En 1986 disputó 15 de las 16 competencias. Ganó 5 series y una final en Benito Juárez; quedando 4º en el año 86, con 46 puntos.
La siguiente temporada, con 22 años corre 8 carreras, gana 7 series y cuatro victorias finales (Olavarría, San Cayetano, Pigüé y Olavarría) para obtener su primer título con 126 puntos.
Posteriormente con el apoyo de la autopeña "El Zorro", intenta la empresa más dificil, ingresar al TC; por lo que con el Dodge propiedad del olavarriense Sirotti, realiza la prueba de suficiencia y corre en Balcarce, donde llega 23ro, delante de Emilio Satriano. A la otra carrera ya se metía entre los primeros, es 8vo; demostrando así una gran pericia conductiva, que le valieron el respeto por parte de los rivales, llegando a catalogarse como la gran promesa de los finales de los 80, siendo tapa de la prestigiosa revista Corsa, en su clásico balance después de cada año, en 1991. Ya desde esa carrera con un Dodge adquirido al recordado Miguel Atauri, realiza tres temporadas de experiencia, con más sinsabores que alegrías, pero logrando tres victorias en series y cinco récords de vuelta parciales, y tres en finales.
A finales de ese año, los integrantes de la peña conversan con Oscar Castellano para adquirir su auto, ya que "Pincho" abandonaba la actividad, a lo que el tricampeón accedió, pese a que había ofertas de mayor volumen para llevarse el Falcon subcampeón 91.
El debut se produce en Santa Teresita, con un magnífico tercer puesto detrás del "Toro" Mouras. En su siguiente presentación en Tandil, en lo que sería la última carrera en nuestro semipermanente, donde llega al podio otra vez, destacado por todos los medios, ya que se convierte en puntero del campeonato argentino y el en primer tandilense en lograrlo.
Esta alegría se iba a mantener por siete carreras, ya que una mala racha le hace perder buenos puntos y la punta del campeonato; luego llegaría la trágica vuelta de Lobos, que se llevaría al último gran ídolo para muchos, Roberto José Mouras; pero una carrera antes, la máxima alegría para Fabián Acuña, su primer victoria en la especialidad, no sin zozobra ni sustos, ya que al ingresar a la última vuelta, en el rutero de San Lorenzo; Acuña pasa primero y detrás su coterráneo, José Malisia, comenzando a ratear el Ford anaranjado, y siendo superado por "Pepino", que ante la imprevista situación enredo sin pie en el acelerador y yéndose de largo; mientras Acuña retomaba su marcha ante el continuo sacudir de uno hacia el otro lado de la cinta asfáltica, ya que el origen del problema era la falta de combustible y ese movimiento hacía que el chupado recogiese la poca nafta que le quedaba y que le proporcionaba la primer victoria al piloto serrano, con el 1-2 para Tandil, con Acuña y Malisia.
Después de la muerte de Mouras, la última carrera encuentra en Fabián a 25| 00 puntos del líder, en el cuarto puesto, con la remota posibilidad del campeonato; con un auto motorizado por Castellano, que le iba alcanzar para quedar tercero en la temporada, fatídica, 1992.
A finales de ese año, la ACTC convocaba a sus mejores pilotos para hacer una aventura en los Estado Unidos, en lo que fue la primer misión Argentina a Daytona, donde se disputaron las tradicionales 24 horas.
Los primeros días de 1993 fueron las prácticas, dividiéndose en los dos autos Oldsmobile Cutlass Supreme V8, con 680 hp, 1200 kilos y caja Saenz de cinco velocidades.
En el auto 23 iban a correr Osvaldo Morresi, Oscar Aventín, Juan Manuel Landa y "Cocho" López; en tanto que en el 25 subían Emilio Satriano, Eduardo Ramos, Jorge Oyhanart y el crédito local, Fabián Acuña.
Las pruebas se llevaron a cabo con gran entusiasmo y todos giraron en los 2'00 y los 2'09 para recorrer los 5700 metros del "Daytona internacional Speedway", hasta que subió el tandilense de 28 años y, para sombro de todos, clavó un tiempo de 1 58' 03/100". Pero ese alboroto duró poco, ya que horas después, una reunión de equipo les advierte: "Sólo hay que adaptarse y no girar a más de 2'00", 2'03" ó 2'05". El tiempo de Acuña había sido el mejor de la jornada y del equipo, mejor que el que harían luego en entrenamientos, clasificación y carrera.
El final encontraba al coche 25 en el octavo lugar de su clase y el de la general, con 551 vueltas, en tanto que el 23 llegaba onceavo y con 425 vueltas.
El regreso al automovilismo criollo lo encontraba en una floja temporada, donde sufre un vuelco probando en Balcarce, trabajando hasta la madrugada para sólo recorrer unos metros en la serie por una falla eléctrica; y tiene como puntos mas altos dos podios y una magnífica victoria en Rafaela donde un viernes una piña vuelve a castigar al fordcito, pero se soluciona, clasifica tercero, gana la serie y también la prueba final. Pese a la mala racha se puede mantener entre los 10 mejores (top ten) y es octavo en el certamen, con el auto atendido por Rodolfo Moreno en el chasis.
El año 1994 arrancaba con numerosas expectativas, ya que en Santa Teresita y ante casi 40.000 personas, se levan el 1-2 con "Lalo" Ramos, ambos motorizados por Castellano. Una vez más, luego de la victoria, Tandil recibe a su ídolo con una caravana impresionante, muy pocas veces vistas en nuestra localidad.
La segunda competencia del ciclo le daría un sabor amargo al hincha serrano, ya que en la pista, y también fuera de ella, se iban a cruzar los dos máximos exponentes del automovilismo en Tandil: Fabián Acuña y Vicente A. Pernía.
Todo transcurrió en la tercera serie en "La Barrosa" de Balcarce, donde desde el inicio Acuña iba a tomar la vanguardia, hasta que un trompo lo relega al octavo puesto, pero con un auto implacable, se iba a recuperar hasta quedar tercero a la cola de Pernía. El incidente se iba a dar faltando sólo media vuelta, a la salida de la olla, donde el Ford azul conservaba la cuerda, por lo que el "Zorrito" intenta dos veces por afuera y los autos quedan a la par, al tiempo que el "Tano" se desplaza para el lado externo de la pista, de manera que Acuña queda sin asfalto y el Falcon verde recibe el toque en la parte trasera, es entonces que toca este al Ford azul de Pernía en la puerta y el "Zorrito" hace un trompo, mientras el exfutbolista de Boca pega contra el guard rail; quedando a la vera del camino, al tiempo que Acuña se recuperaba y llegaba cuarto, aunque luego era excluido del clasificador por el comisario deportivo.
Al bajar del auto, el "Tano" declaró: "...por suerte se fue enseguida del lugar, sino no sé como hubiera reaccionado... me preocupa que una persona no piense a 240 km/h..." En tanto Fabián iba a decir: "No estoy de acuerdo con la desclasificación, no me arrepiento de nada...". Una maniobra que hasta los más acérrimos defensores de Acuña iban admitir su error. Para el recuerdo queda esta jornada que iba a mostrar un viejo encono entre los dos tandilenses que se volvió a rubricar.
Una irregular campaña fue la constante en el resto de la temporada, hasta el 11 de septiembre, cuando se disputaban las 2 horas de Buenos Aires en el autódromo capitalino, donde ganaba el de Tandil, formando una dupla con el debutante Guillermo Ortelli. A la carrera siguiente es tercero y gana nuevamente en la otra, en Santa Teresita, convirtiéndose en serio candidato al título, con el Ford preparado por Castellano y Crespi.
En la definición, en el autódromo, bajo la lluvia; un toque con Juan De Benedictis lo deja sin posibilidades y gana el campeonato Ramos, conformándose el de Tandil con el cuarto puesto; en otro año difícil para la categoría por la trágica muerte de Osvaldo Morresi en La Plata.
El Turismo Carretera comenzaba 1995 igual que el año anterior, con Acuña ganando en Santa Teresita, pero sin el maestro Castellano en los motores, sino con el "Vasco" Izaguirre y Tulio Crespi aventajando al escolta por casi 10'.
Una temporada con muchos sinsabores, con el punto más alto en la tercera carrera, cuando larga 44 y llega segundo, terminando sexto la temporada, con el acercamiento a fin de año de "Pincho" a los motores.
En 1996, mas sinsabores y mala racha, en una temporada sin triunfos, pero con una carrera memorable en 9 de Julio, donde supera 42 autos
para llegar segundo y otra en la inauguración del año en el semipermanente de Santa Teresita, donde larga trigésimo segundo (32º) y llega quinto (5º).
Las navidades lo iban a encontrar séptimo y por decisión de su sponsor, con el cambio de marca: a partir de 1997, el tandilense correría con Chevrolet; por lo que inicia la temporada propiedad del con el chivo "Flaco" Traverso, con un abandono; pero a la siguiente ya se mete en la lucha y en la tercera de La Plata gana repitiendo en Rafaela y terminando el año en lucha por el dos, pero quedando quinto en su primer temporada con el Chevrolet motorizado por los Hnos. Bozzone.
Con el 5 en sus laterales, arranca 1998 con una máquina implacable, pero la mala suerte primero, (un neumático) y un toque sin tener nada que ver por parte de Traverso, le quitan valiosos puntos, con revancha en Balcarce, donde es tercero y en La Plata, cuando arrasa con clasificación, la serie (aventaja por casi 9' al escolta), la final (con más de 7' por sobre Satriano) y la punta del campeonato.
La felicidad iba a durar poco, en Olavarría, cuando tenía un auto para pelear la competencia; se toca en la vuelta previa con Mariano Oyhanart y vuelca, dando seis tumbos y se fisura una clavícula. A pesar de ello mantiene la punta y una vez más, Fabián junto a su equipo iban a hacer un excepcional trabajo para recuperar el auto y ponerlo en pista con un segundo lugar en clasificación de Bs. As., una victoria en la serie y una punta en la final hasta que el captor de encendido lo hizo desertar.
A partir de allí, una campaña irregular lo dejaba relegado en el certamen y perdía muchos puntos. El 11 de octubre de 1998, Fabián Acuña concretaba un importantísimo paso en su carrera deportiva, ya que concretaba su debut en el Turismo Competición 2000, con un Chevrolet Vectra del equipo de Alberto Canapino y Oscar Castellano, y demostrando una rápida adaptación logra ubicarse en el noveno lugar, luego de largar diecisiete (17º); mientras que en la segunda competencia, llega catorceavo, sumando sus primeros puntos para el torneo.
Su próxima participación sería en Río Cuarto, donde debido a las malas condiciones de pista sufre dos despistes y llega 16º en ambas carreras. Posteriormente, problemas de sponsorización en el equipo, truncan las posibilidades del tandilense.
En el TC, en tanto, se recupera en 9 de Julio, con una gran victoria, llegando a la última carrera de olavarría con posibilidades de campeonar, pero el sábado tiene una floja clasificación, y en la serie, un claro tapón de Ramos lo perjudica, favoreciendo así a el "Flaco" Traverso, y Acuña sin la oportunidad de pelear el título hasta el final, torneo que lo encontraría 4º, con Guillermo Ortelli campeón.
La temporada 99º tuvo un comienzo desalentador, pero la recuperación llega en el final, con tres victorias en cuatro carreras, y un 3º lugar en el campeonato; en un equipo comandado por el experimentado Marcos Laborda.
El arranque del nuevo milenio lo encontraba como serio candidato, es 2º en la apertura y gana la siguiente, consiguiendo así el escalón más alto en el campeonato, pero la mala suerte hace otra vez estragos y diferentes problemas como electricidad, motor, etc; provocan un fin de año deslucido con un 8º puesto final y la despedida de Chevrolet, ya que el 2001 lo tendría en las filas del óvalo, corriendo con el Falcon ex-Diego Aventín y motorizado por el necochense Jhony De Benedictis y asistido en el chasis por el de Azul, Marcos Laborda.
La mala fortuna castigo a el regreso en las dos primeras carreras, pero luego tres podios al hilo y una victoria en Río Cuarto logran hacer del año, una temporada aceptable; siendo estos los puntos más altos de la temporada, recordando que otra vez el equipo tuvo que trabajar a destajo para recuperar al Ford en menos de una semana por un toque propinando por Roberto Del Bo, en el curvón Salotto del Oscar A. Gálvez y que daña en demasía el auto multicolor, un clásico de la especialidad, por los colores de la petrolera.
FABIAN ACUÑA
